Cada día cientos de líderes políticos, económicos y sociales de todo el mundo utilizan prompter.
Ahora Prompter-in-a-box lo hace posible también para ti.
Los discursos más memorables, los más citados entre los mejores, fueron leídos. Como lo fue la alocución a la nación que dio el presidente estadounidense Ronald Reagan tras la tragedia del transbordador Challenger; o el “Yes, we can” del por aquel entonces aspirante a la Casa Blanca Barack Obama… o tantos otros.
Sí, leídos aunque no se mire al papel. Y es que, en la mayoría de los casos, el prompter es el secreto de cristales invisibles que está presente en los discursos más importantes.
Desde que los presidentes de Estados Unidos empezaron a usarlo en la década de los 50 del siglo pasado, cientos de líderes políticos, empresariales y sociales, lo utilizan cada día en todo el mundo.
Y es que su efecto es mágico, tanto para quien lo utiliza como para su audiencia. El teleprompter permite disfrutar de una lectura natural mirando al público. La experiencia es sublime, en comparación con el frío ejercicio de leer un papel. La audiencia apenas ve dos espejos transparentes situados enfrente del orador.
Pero el teleprompter tradicional está lleno de inconvenientes: es muy aparatoso y pesado y necesita la asistencia de ayudantes.
Por eso, en 2014 inventamos Prompter-in-a-box.
Hasta ahora el uso del teleprompter suponía muchos inconvenientes de transporte, de instalación, de peso y tamaño, de software de funcionamiento… Esto llevaba a que muchos de los que querían usarlo en cualquier tipo de acto público, al final decidieran no hacerlo.
Por este motivo, y por la propia experiencia de entrenar con prompter con líderes políticos, sociales y empresariales, Asesores de Comunicación Pública inventó Prompter-in-a-box.
Prompter-in-a-box es el resultado de más de un año de investigación, diseño, pruebas y mejoras, para hacer accesible lo que hasta entonces estaba reservado solo a una élite.
Pruébalo con nosotros gratuitamente. Resolveremos todas tus dudas y tus discursos serán memorables.